Es de aquellas que no se abren fácilmente, hay que insistir
y empujarlas como si les gustara ser maltratadas, con el paso del tiempo te
astillan si las golpeas despacio, no tiene vida… sus colores no han podido con la lluvia, la
forma perfecta se fue hace mucho.
¿Que patada tan mas insensible ah llegado a abrirla? ¿Quien
ah logrado entrar para quedarse impávido? Y no respirar, casi llorar…
Ver la nube de polvo a contraluz disipándose poco a poco…
los muebles empolvados, los focos rotos, mira ahí hay una fotografía
mejor no averiguar de quien, el antiguo sillón rojo donde esta desnuda y
recostada boca abajo con el brazo colgando, tiene los ojos abiertos pero no
quiere ver nada, la botella de vino derramándose haciendo el leve sonido de la
vida que se escapa, a la izquierda una ventana sucia no importa a donde va a
dar: nadie quiere ver, la chimenea que nunca se uso, el pez que nunca se
alimentó, ahí en el centro viendo como
todo se pudre, ¿que esta oscureciendo su agua o todo el escenario? .
Todo es sepia, la poca luz que entra solo permite iluminar
lo mas terrible, lo que menos se quiere ver, el rayo mas claro cayendo sobre su
espalda, sus piernas, sus cabellos ese hermoso cuerpo inerte que no pide ayuda,
que forma parte del inmobiliario que nadie considera llevarse, no se ah
percatado que alguien ah destrozado la puerta y quien destrozo la puerta no
sabe que es el único que necesita ayuda.
¿Porque entras en la penumbra habiendo tanta luz? ¿Porque
astillas tus manos cuando pudiste acariciar flores?
Entra y encuentra todo esto, huele a humedad, a flores
marchitas y madera, también huele a piel suave, piel fresca, porque si es lo
único hermoso nadie la saca, con sus manos astilladas la abraza, la voltea, se
la come a besos y le hace el amor, rompiendo una pata del mueble, sangrando sus
labios, creando una espesa nube de polvo sobre el y ella entra mas luz, el pez
comienza a dar vueltas en su pequeño frasco removiendo su mísera agua, ni eso es
suyo.
Cuando creyó haberla poseído quiso arrancarla del sillón pero su piel se ah
adherido a la tela, sus cabellos se enredaron en la
cabecera, sus ojos se aferraron al lugar y su corazón late mas despacio
mientras mas la arranca del viejo mueble, el, insistente y desesperándose
comienza a sollozar y sentir arder sus manos, sangran, sangran y se rinde.
Al fondo del lugar, algo que no había visto destella… Un
espejo limpio que junto con ella era lo único hermoso de allí, siempre es
inevitable ver tu reflejo pero ojalá se hubiera abstenido, se había hecho como
la casa, partes de su rostro eran de madera vieja, sus cabellos eran grises, ni
si quiera blancos, había pocos dientes, comenzó a derramarse vinagre se
sus negros y arrugados ojos, solo podía
sollozar mientras con sus secas manos acariciaba su rasposo rostro se movia y
rechinaba como un viejo e infeliz fauno, ella seguía tan hermosa y la casa se
empezaba a derrumbar, se desabotono la camisa y su cuerpo había cambiado…Una
chapa inservible, una puerta astillada, los colores se cayeron a causa del
vinagre cayendo, no era del todo cuadrada y estaba incrustada donde debía ir su
corazón donde debía haber guardado a una mujer que quisiera irse de allí, donde
su vida debería correr, por el hueco del objeto no se percibía nada, ni sangre. El susto lo
devoro y mas al ver que la mujer se deshacía con la débil corriente de aire,
seguía viendo hacia la nada, sus glúteos bellos se hacían polvo al igual que
sus cabellos, todo estaba despareciendo tan plácidamente…el agua del pez se
evaporaba el cristal del portarretratos cuarteándose era lo único que se
escuchaba hasta que reventó ha quedado solo el sillón.
Arboles y mas arboles escondiendo el lugar que nadie quiere
encontrar, creando caminos y cubriendo la luz para qe nadie se acerque, todo es
naturaleza muerta cuando te empiezas a acercar… hasta que alguien llega. En
medio de tantos arboles esta la casa si consigues abrir esa puerta estará aquel anciano, con vinagre escurriendo de sus
ojos, poco humano y con una chapa inservible a la izquierda de su pecho.
Puede que nadie entre por ser un lugar lúgubre y viejo pero
aseguro que puedes llegar y admirar la belleza escondida de aquel lugar, no intentes
llevarte nada o quedaras impregnado en
aquel lienzo antiguo y perderás la edad, perderás tu esencia y nadie querrá entrar.
Hay quienes jamás se quieren ir.